COLOQUIOS ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE

Navego entre las sombras de esta mi existencia, deambulo entre aquellos que creen vivir, amargo en medio de mis días tristes, sin la esperanza de encontrar amor entre los vivos, odiando todo cuanto reverdece, anhelando lo oscuro de la fría soledad.

Camino dando pasos de paz en murmullos de luz que florecen entre la claridad de un nuevo amanecer dejando rastros…rastros de mi, en un nuevo suspirar, en un efímero suspiro..
Soy sombra clara y a la vez serena, trazos finos de la divinidad

Odio tus suspiros, porque cuando eres yo no soy, anhelo tu agonía, porque en ella encuentro el ser y amo tu rostro pálido, porque sin ser me das todo lo que tienes, todo lo que eres… la vida

Diría sin dudarlo que te conozco y que se muy bien lo que quieres de mi pero es un no se que…que me invita descubrir la aventura que guardas debajo de tu capa oscura..y de aquella hoz con la que caminas tan lento, siguiendo cada uno de mis pasos…escondiéndome tu rostro; tal vez porque es el miedo natural y misterioso de tu nombre, si, tu, muerte.

Juegas como niña traviesa y no se si enternecerme o destrozarte, maldigo tus agradables brisas, que llenan de color todo a su paso, las maldigo porque me condenan a seguirte, a anhelarte eternamente sin hallarte por completo; quisiera que no fueras, más si no fueras entonces ni siquiera yo sería, pero si soy es porque eres y entonces nos debemos uno otro la existencia, en una rueda cíclica que nos une, que nos hace uno, inseparables e intocables; tu con tu estúpida sonrisa y yo con mi sombría amargura.

Seré yo tu eterna amargura… pero, que haría sin ti mi amada muerte …dejas pedazos de tu oscuridad para no perderme por que tal vez los míos son tan claros que no los veo, tu mi amiga , mi amante; mi simple y anhelado todo… tu figura escalofriante me motiva a amarte más, porque se que después de ti solamente quedo yo, eres tu mi umbral y aquella brisa, la pregonera de que sigo contigo en tu mirada traviesa y picara de maldad…sólo esto eres mi tan dulce y sublime muerte.

Tus palabras no mitigan mi dolor, ni me convences del espejismo de tan banal amor… ¿Qué caso tiene amarte si jamás podré tenerte? Solo disfrutas de la manera como mi oscuridad realza tu farsante claridad, alimentas tu ego con mis derrotas… vives del amor que te profesan hombres y bestias; hombres en su esperanza de que seas eterna y bestias en medio de su afán por la supervivencia… pero eres vana, no das más que sorbos a los que tienen sed de ti, los cuales se contentan con saber que estás allí, sin atreverse a pensar que soy yo el destino final de todas sus sandeces.

Sandeces que llegan a ti…sandeces de las cuales disfrutas, pero si tan solo supieras….
Tu eres el final de lo que soy… y el principio de aquello que serás… y son estos destinos inexactos…imprecisos, los que muestran que llevamos el mismo color de piel, la misma esencia sólo que con un tono diferente… ¿por qué te niegas a ser lo que el Dios del cielo de manera inevitable nos obligó a ser, tal vez como una ley o quizás, como su perfecta y exacta voluntad.

Dios, dioses, ¿Qué más da? Igual siempre has sido su preferida, “la querida y anhelada vida”, ¿Qué sabes tu de dolor y rencor? ¿Qué sabes del odio y del deambular borrando las sonrisas de los hombres? Tu no sabes nada, a ti todo se te ha dado, a mi todo me ha sido negado… ¿dioses? Al diablo con tus dioses, porque sólo los vivos disfrutan de sus bendiciones, más aquellos que como yo tornan a la nada, viven olvidados en las sombras de lo etéreo…

Solo una cosa se me ha negado…hubiera deseado ser el elemento indispensable de aquel que todo lo hace crea y ama, del único que te conoce tan bien a ti y a mi…te dio el primer lugar en aquel trono llamado cruz donde su; muerte, fue la muestra de vida y de amor mas grande, allí tan agonizante y serena pero amiga fiel de EL…seria en esa cruz donde cruzaríamos nuestros destinos siendo tu muerte puerta para la vida eterna